PALMERA CANARIA
Phoenix canariensis
Es una palmera de gran tamaño que puede superar los 30m. de altura, solitaria (sin retoños) y dioica (con sexos separados sobre plantas distintas).
Su tronco es muy grueso, está decorado típicamente con dibujos en forma de rombo y su parte superior está arropada por la base de las hojas y las fibras que persisten durante años e incluso décadas antes de caer. Es la palmera con mayor cantidad de hojas en su copa, pudiendo contar con más de 50. Éstas son de color verde intenso. Es una especie muy longeva, tanto, que los ejemplares más altos llegan a superar los 2 ó 3 siglos de edad.
Las palmeras hembras producen flores espaciadas que pronto se convierten en frutos. Los machos presentan flores más densas que producen polen abundante. Los frutos son dulces, coloreados y maduran a lo largo de la estación seca y cálida. Hay quién dice que las palmeras morirían si no se les cortaran algunas hojas todos los veranos, porque los cortes le sirven de poda para resistir mejor a la sequía. Las raíces, similares a un pulpo, restan agua a las huertas y hacen que la tierra no se pueda labrar.
Habitat y Distribución
La palmera canaria puede vivir en condiciones ambientales muy diferentes. Hoy crece de manera natural en todas las islas, formando poblaciones aisladas. Abunda en la Gomera y Gran Canaria y es escasa en el Hierro. Habita tanto en las tierras fértiles del norte como en las áridas del sur, siempre que las raíces puedan extraer algo de agua. Sin llegar a ser una plaga, se ha reproducido espontáneamente en muchas localidades del mediterráneo, California, Nueva Zelanda, Buenos Aires, etc.
Usos y Costumbres
La palmera se convirtió en un complemento excelente en las economías de subsistencias y llegó a nacer una industria rural ligada a sus variados productos; desde la cestería tradicional hasta el uso forrajero. La miel de Palma es el elemento básico de la repostería tradicional de la Gomera y hoy de todas las islas.