ESPINO ALBAR

Crataegus monogyna

Es un arbolillo de hasta 10 metros que normalmente aparece como arbusto, con ramas provistas de espinas. Su tronco es robusto y corto y la corteza es de color marrón-oscuro.
Las hojas miden de 1 a 3 centímetros de longitud, con uno o dos pares de lóbulos y los márgenes más o menos dentados. La floración es muy espectacular, y tiene lugar desde finales de invierno hasta finales de primavera. Las flores blancas se agrupan en número de 4 a 10 en inflorescencias cortas.
Los frutos, menores de 1 centímetro, maduran entre el verano y el otoño, adquiriendo un color rojo. Son de gran interés para la fauna, porque proporcionan alimento a lo largo de todo el invierno.

Habitat y Distribución

Nativa de Europa y Gran Bretaña, el espino albar es la especie más abundante del género en la Península Ibérica y Baleares. Es muy abundante en todo el territorio; solamente escasea hacía el sur, donde se sitúa de modo casi exclusivo a zonas de montaña. Habita en la mayoría de los bosques Ibéricos, encinares, rebollares, robledales, hayedos, etc., formando parte de setos junto a rosales, zarzas y otras especies espinosas. Tolera mal las sequías estivales, y no tiene preferencia por ningún tipo de suelo.

Usos y Costumbres

En algunas regiones los frutos son conocidos como majoletas y se comen, siempre con cierta prudencia, aunque en general no son muy sabrosas y muestran cierta acidez. En núcleos rurales, los jóvenes gustaban de jugar con ellos, ya que los huesos servían de proyectiles empleados con instrumentos huecos. La madera es densa y se ha empleado en tornería. Curiosamente fue utilizada para construir cepos para encarcelados y reos. El espino albar también se ha empleado como patrón de injerto en árboles frutales. Aunque es originario de toda Europa, fueron los Chinos los primeros en descubrir sus propiedades curativas. En medicina se emplean las hojas y las flores secas para hacer infusiones en problemas cardíacos, hipertensión, hipotensión, arteriosclerosis, ahogos, vértigos y como calmante, ya que aumenta la capacidad de contracción del miocardio y reduce las pulsaciones.


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